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El Real Madrid elimina al Atlético en los penales

El Madrid se mete en cuartos tras una dramática tanda de penaltis. El Atlético, que fue mejor durante muchos minutos, se quedó sin fuerzas al final. Vinicius falló una pena máxima.

Final cruel, final feliz

La herida sigue abierta y el campeón sigue en pie tras una eliminatoria agotadora, resuelta en el esprint de los penaltis, digno epílogo del drama que se suponía. El Madrid regaló al Atlético un gol de salida y ganduleó luego durante dos tercios del partido. Después falló un penalti y, pese a su mejoría, no le dio para resolver el pleito antes de la tanda fatídica. Ahí volvió a salirle cara. La supervivencia también es parte de su leyenda.

La secuencia del penalti de Julián Álvarez: las imágenes desde todos los ángulos

Antes, el Metropolitano había ablandado de salida a un Madrid chato, sin alma, que tuvo balón durante mucho tiempo sin que supiese bien para qué. El Atlético fue lo que le gusta a Simeone, un equipo que quiere tener razón en el fondo sin importarle demasiado la forma. Supo esperar, protegerse, y disfrutó de las mejores oportunidades, la mayoría producidas por Julián Alvarez, un futbolista de poca participación, pero de apariciones estruendosas. La desgracia se cebó con él. El penalti que transformó en la tanda fue invalidado por doble toque, producto de un resbalón. Polémico, insólito y extremadamente cruel.

No hay pizarra inmune a la emoción. La de Ancelotti quedó hecha añicos a los 28 segundos. En la misma jugada del saque inicial el Atlético se plantó en el área del Madrid. La cosa quedó en un insólito cinco contra cuatro, con Modric y Tchouameni por detrás de la línea enemiga. El resto pareció increíblemente sencillo: De Paul centró raso, la dejó pasar Giuliano y Gallagher empotró el balón en la red blanca desde el área pequeña. El escenario ideal para el Atlético: media eliminatoria por delante que iba a jugar en casa. Lo inesperado para el Madrid, que soñaba con que su ventaja en la ida abriera espacio a sus velocistas.

Un trasteo inútil

  • Al gol relámpago le siguió una interminable sucesión de pases del Madrid a ninguna parte. Para eso quizá había puesto Ancelotti a Modric, en una especie de vuelta a los clásicos.

    Tarde, inesperadamente, quién sabe si por las molestias recurrentes de Camavinga, por sus últimas distracciones, o simplemente por indicación de un sexto sentido, el de la prudencia, entregó el partido al capitán blanco. Era la primera vez que repetía titularidad en la temporada un jugador con el que el madridismo se siente seguro. Conviene no pecar de edadismo con él, porque no ha dado motivos para ello.

El desenlace

En el Atlético quedó claro que la derrota en la ida tuvo consecuencias. Tantas que Simeone remodeló la banda izquierda al completo. Por ahí se le había colado el Madrid durante muchos minutos con Valverde y Rodrygo, suficiente para que el argentino cambiara a Javi Galán y Lino por dos futbolistas más industriales, Reinildo Gallagher, una medida de sabia cautela.

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